Hola amigos, os escribe Zé Roberto, jugador del Hamburgo, Alemania. Nací en Ipiranga, Brasil, y debuté en el año 1994 en el club Portuguesa, donde estuve hasta el año 1997 cuando fui transferido al Real Madrid, regresando más tarde a Brasil al club Flamengo en 1998. Ese mismo año fue transferido al Bayer Leverkusen, club en el que permanecí hasta el 2002 cuando pasé a formar parte del Bayern Munich. Jugué desde junio de 2006 hasta fines de mayo de 2007 en el Santos FC de Brasil, club con el que conseguí ganar el Campeonato Paulista de ese año. En el 2007 fue vuelto a contratar por el Bayer de Munich. Y en el verano de 2009 fiché por el Hamburgo.
Paralelamente a mi carrera, mi vida no transcurrío muy bien. Durante mucho tiempo anduve como una oveja descarriada. Vivía buscando felicidad, y la buscaba en diferentes lugares y por medio de diferentes cosas, pero no la encontraba.
Procedo de una familia pobre, y siempre tuve sueños que anhelaba cumplir, pero lo más grande que me ha pasado es el cambio que tuve al recibir a Jesucristo. Hoy puedo decir que soy una nueva persona gracias a Él. Su Palabra dice en el evangelio de Juan: “Conoceréis la verdad y la verdad los hará libres”, y también: “Si el hijo los libertare seréis verdaderamente libres”. El hijo de Dios, Jesucristo, Él me liberó de todas las cosas que yo estaba buscando en el mundo y que no eran buenas. Yo quería llenar el vacío de mi corazón, y pensé que por ser un jugador famoso sería feliz. Buscaba la felicidad en fiestas o con mujeres, pero cada día me frustraba más, porque en esas cosas sólo encontraba un placer momentáneo. Cuandos al final del día ponía la cabeza en mi almohada, sentía que lo que estaba haciendo no estaba bien. Quería cambiar, pero no podía. Creía que era feliz por momentos, pero la verdad es que seguía siendo un infeliz.
Y un día tuve un encuentro personal con Jesucristo. Él me trajo la felicidad total y completa. Hoy puedo decir que soy la persona más feliz del mundo, no porque sea un jugador profesional o porque tenga fama o dinero; la Biblia dice que todo pasará, y en el evangelio de Mateo podemos leer que los cielos y la tierra pasarán, pero Sus palabras no pasarán. Esa alianza que tenemos con Dios a través del Señor Jesús, quedará para siempre, y esa alianza Dios la quiere hacer también contigo. Basta con que abras tu corazón al Señor, como dice el Salmista en el salmo 37:5: “Encomienda al Señor tu camino y confía en Él y Él hará”.
Él quiere comenzar una nueva historia en tu vida. Él quiere darte vida nueva y eterna. Basta con que tú entregues tu vida a Él. Yo le entregué un día mi vida, y hoy estoy aquí para testificar que todo es posible para el que cree.