Hola amigos, mi nombre es Jonathan Santana y soy jugador profesional de fútbol en el equipo de Wolsburg, Alemania, y en la selección paraguaya. Al igual que muchos otros jugadores, desde que era muy pequeño ya soñaba con llegar a ser jugador de fútbol. Gracias al fútbol tengo muchos amigos y pude conocer a las personas que me han traído a este camino.
Cuando jugaba en Argentina, en el equipo de Almagro conocí a un jugador que me habló del Señor Jesús. Yo creía que había un Dios, y me consideraba católico, pero este jugador vivía con una paz que yo no tenía y eso me impactó mucho. Este amigo empezó a hablarme de la palabra de Dios y así comencé a conocer realmente al Señor.
Sin embargo, en esa época yo sólo quería satisfacer mis deseos, como la mayoría de las personas a mi alrededor, pero fue pasando el tiempo y más tarde conocí a otro jugador en San Lorenzo. Este jugador también me habló del Señor, y lo mismo sucedió en el equipo de Chicago, donde iba a jugar. Allí había jugadores cristianos y Dios los puso en mi camino para que me hablasen de Él.
Yo sólo quería vivir la vida a mi manera y me sentía orgulloso de poder hacerlo. A los 17 años tenía mi propio coche y era independiente económicamente de mis padres. Conseguía todo lo que quería. Pero estos amigos seguían hablándome de la palabra de Dios. Hasta que un día ocurrió algo que cambió mi vida. Fue algo increíble y espero que nadie tenga que llegar a vivir esas circunstancias para acercarse a Dios.
En el año 2002 conducía por una autopista, acompañado por mi padre, y otro coche se situó a nuestro lado. De pronto, desde ese coche un hombre sacó un arma y empezó a disparar a las ruedas de nuestro coche, pero como no sucedió nada, ese hombre empezó a dispararnos a nosotros. Una bala me alcanzó la garganta, pasando a 2 mm. de la carótida. Si hubiese tocado la carótida, en unos 10 segundos se hubiera terminado mi vida allí mismo. Pero en esa circunstancia Dios me mostró cuánto me ama y me cuida. Este hecho fue un milagro que Él utilizó para que yo le entregase mi vida.
Antes le conocía, pero de lejos, y no le daba importancia a su Palabra, pero tras esa experiencia tan traumática me aferré mas a Él y le acepté como mi Salvador. Él tocó mi corazón y me entregue 100% a Él.
A partir de ese momento, con muchas luchas y también a pesar de mis errores, como todo ser humano, estoy luchando por mejorar cada día y vivir más cerca de Él, porque sé lo que hizo en la cruz por mí y por cada uno de nosotros. Yo creo en su palabra, y hago personal el mensaje que encontramos en la Biblia, en Juan 3:16. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que crea en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Si hoy estoy aquí es por la gracia de Dios, quien me ha permitido jugar en Europa en un gran club como en el que estoy. Todo es gracias a Él, ya que de la mano de Dios todo es posible. Hoy tengo paz y amor, ya que al tener en mí el Espíritu de Dios todas estas cosas están incluidas.
La decisión de recibir a Dios es personal. El primer paso es aceptarle como Señor, y después crecer a través del estudio de la Palabra de Dios, la Biblia. También por medio de la oración, y congregándonos con otros creyentes, para así seguir creciendo en el conocimiento de Él. Os dejo un versículo que se encuentra en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Que el Señor los bendiga.